Las alteraciones que ha sufrido el retablo en parte han sido ya destacadas, pero existen otras más comunes y generalizadas,
como pueden ser:
Zonas quemadas: El banco es una zona donde los quemazos producidos por velas son abundantes.
El profeta Ezequiel nos muestra su fondo de azurita con cera y quemado, así como el zócalo.
La Fortaleza y Sabiduría (imagen con trabuco) presentaba un rostro totalmente negro debido al
humo, al igual que la serpiente mostraba un quemazo a la altura de la boca.
El entablamento central a la altura de la base también presenta una zona quemada por vela.
Suciedad de polvo y barnices añadidos.
Agujeros producidos por los xilófagos.
Goterones de cera.
Pérdida de elementos prominentes, como son el rosario, espada, etc.
Otras alteraciones. a) Quemazo. Escena de Zacarías. b) Grieta producida por el secado. c) Ennegrecimiento por humo y velas. (antes de la restauración).