Esta técnica consiste en pintar a pincel rameados, personajes mitológicos, bichas, mascarones, etc. sobre un fondo dorado. En el retablo, algunos Padres de la Iglesia muestran sus ornamentos ricamente decorados con esta técnica, usando preferentemente el color negro y gris (San Ambrosio). Los fondos de las hornacinas del primer piso presentan esta decoración a “grutesco” en negro, gris y blanco.