A la hora de acometer la restauración del retablo, se detectó que éste había sufrido un fuerte ataque de termitas que afectaba a la parte inferior del retablo. La extensión del ataque se extendía desde la puerta de la sacristía hasta el extremo de la pared contraria y abarcaba el espacio del banco al segundo piso. Además había sufrido el ataque de otros xilófagos, como el “anobium punctatum”, conocido vulgarmente como carcoma pequeña, y el “xestobium rufovillosum”.
Las termitas que han atacado tanto al edificio como al retablo pertenecen a la especie “Reticulitermes lucífugus”, de la familia Rhinotermitadae (termitas subterráneas)1 . Este tipo de ataque puede debilitar y vaciar tanto la madera que ésta puede desplomarse y ocasionar la ruina del retablo.
La carcoma o “Anobium puctatum”2 es una de las especies que ha atacado al retablo. Este anóbido ataca la albura de las maderas frondosas y resinosas, así como al duramen de ciertas frondosas, sobre todo en condiciones de humedad, gracias a la presencia de hongos y bacterias en la madera.
La otra especie es Xestobium rufovillosum llamado vulgarmente “reloj de la muerte”3 .
En el año 1968 se acometió la desinsectación del edificio y del retablo por la empresa Kramer, erradicando la
plaga de termita y otros xilófagos.
1 Las termitas obreras de la familia “reticulitermes lucífugus” presentan, agrupadas en colonias, un aspecto blanquecino o semi transparente. Sus nidos se sitúan bajo tierra y se alimenta de materiales celulósicos como la madera de las estructuras. Las maderas atacadas no presentan síntomas visibles, ya que dejan una pequeña película que permanece intacta y que les protege de la luz. Mientras, el interior de la madera es consumida en laminillas en el sentido de la fibra, sin dejar rastros de serrín, pero dejando una secreción terrosa mezcla de sus deyecciones y de saliva.
2 Su actividad es observable por la producción de unos pequeños orificios circulares de 1 a 3 mm de diámetro y sus deyecciones en forma de serrín granuloso. Su desarrollo dura de 2 a 3 ó más años y su ataque no suele revestir importancia de carácter estructural.
3 Los adultos poseen una longitud entre 7-8 mm y son de color marrónrojizo, recubierto de pelitos. Los agujeros de salida tienen un diámetro de 3-5 mm. Sus excrementos son grandes y lenticulares. En la madera estructural las larvas pueden tardar de 5 a 10 años en completar su desarrollo. Su ataque se realiza en maderas húmedas donde previamente han atacado los hongos.