PALOMINO, Antonio: Museo pictórico y escala óptica. Tomo. II, capítulo VII, págs. 519-20. Ed. Aguilar. S.A., 1988. Palomino describe así su fórmula: “con colores viejos (que son los deshechos de los colores, cuando se limpia la paleta, y mientras mas rancias mejor) se ponen a cocer a la lumbre en una escudilla, o cazuela vidriada, echándoles un poco de secante, cuando se bañen, y tomen jugo; y después de bien recocidas, meneadas, y estrujadas con alguna cuchara en la lumbre.colarlas por tela de cedazo de seda bien tupida o pañito delgado y exprimirle bien con el cuchillo... “En caso de no haber colores viejos, se puede hacer con sombra de Italia y albayalde, y ocre claro, con un poco de azarcón, muy bien molido todo con aceite de linaza... ponerlo a cocer, echándole un poco de secante, cuando se cubra, y menearlo, y que se recueza bien, y luego está hecha la sisa”.
12 VV. AA: I supporti nelle arte pittoriche: storia, técnica, restauro. A cura Corrado Maltese. Edic. Mursia, Milano, 1990. Cristiano Ottavi. págs 272-3. Cita el Manuscrito de Lucca o “Composiciones ad tingenda”. Anónimo. (ms. bibli. Capitolare di Lucca 490,VIII sec), donde se recoge dos recetas “De tinctio petalorum” y “De inductio exorationes”, que tratan del empleo de un barniz oleoso mezclado con azafrán y oropimento utilizado para colorear las hojas metálicas.