La policromía del retablo no había sufrido repintes, es decir, que la policromía con más o menos alteraciones y suciedad es la que originalmente se pintó.
En la parte inferior o banco, las pérdidas de la película pictórica y de la preparación eran grandes, debido al mayor contacto con el suelo y paredes húmedas, lo que ha originado movimientos en la madera y desprendimientos en la preparación. Todo ello ha provocado la caída de la policromía, dejando la madera y la preparación vista en unos casos y mostrándonos la tela amortiguadora en otros. En el primer piso se repite la misma situación, siempre más agresiva cuanto más cercana esté a la puerta de la sacristía y a las
paredes laterales.
El ataque de termita ha originado desprendimientos de la policromía y del dorado, siendo en algunas zonas de grandes dimensiones.
La abrasión de la película pictórica es muy grave en la zona del banco y en las pilastras que tocan la pared, así como la abrasión del dorado en las zonas salientes de los entablamentos. Según vamos subiendo en altura las alteraciones disminuyen y el estado de conservación es mejor.