Algunos elementos representativos de algunas figuras son de color acero o plata, como pueden ser: la campanilla, la espada, el trabuco, los rosarios y los báculos. Según la analítica no todos estos elementos han sido realizados con plata, sino que algunos han sido pintados con bismuto, lo que hoy podríamos comparar con las purpurinas por su color metalizado. Esta utilización del bismuto podríamos considerarla excepcional, ya que no se conocen, de momento, casos de su utilización en esta época. Los elementos donde el bismuto ha sido utilizado son: la campanilla de San Antón, el trabuco y el casco de la Sabiduría y la espada de la Justicia; los rosarios y los báculos van plateados. El bismuto era conocido desde la antigüedad, pero hasta mediados del siglo XVIII, época en la que fue aislado, se confundía con el plomo, el estaño y el cinc. Químicamente es un metal típico (semimetal) y reacciona fácilmente con el ácido nítrico y se ataca muy lentamente con los ácidos clorhídrico y sulfúrico, con el que produce SO2. Francisco de Orellana en su Tratado sobre barnices y charoles”13. nos habla del empleo del bismuto como técnica para platear. Así mismo Enriqueta González-Alonso Martínez en su Tratado del dorado, plateado y su policromía14. lo llama “plata musiva” y pone en boca de Hiscox and Hopinks otra fórmula al caso.
13 ORELLANA, Franciso de: . Tratado de Barnices y charoles. Enmendado y añadido en esta segunda impresión de muchas curiosidades y aumentado al fin con otro de miniatura para aprender fácilmente a pintar sin maestro; y secreto para hacer los mejores colores, el oro bruñido y en conchas”. Traduc. del frances al castellano. Edic. con privilegio, Imprenta Joseph García, Valencia, Pl. de Calatrava (1755). pág 87. “Molerás el bismuto sobre losa, le lavarás con muchas aguas, hasta que ésta salga clara y limpia; cola de retazos de pieles, ò de pergaminos, después de dada la cola , aplicarás suavemente el bismuto sin sisa, que ni esté muy espeso, ni muy claro. Antes de dar con el bismuto, bruñirás la pieza, y después vuelvela a pulir, poniéndole bajo un pliego de papel; y si sabes ejecutarlo tendrás un pedazo de plata maciza”.
14 GONZÁLEZ-ALONSO MARTINEZ, Enriqueta: Tratado del dorado, plateado y su policromía. Tecnología, conservación y restauración; Valencia, Universidad Politécnica, 2 edic. ,1997, pág. 139.