Retablo Renacentista de Bidaurreta
Restauración
I. Intervención
3. Restauración de la policromía
3.2 Limpieza
El retablo presentaba una acumulación de polvo y una
oxidación generalizada en los barnices que distorsionaba en
extremo la realidad de la obra.
Como paso previo se procedió a una limpieza superficial
(aspirador, paños, brochas), de la capa de polvo que cubría el
conjunto. Esto se realizó siempre que laconsistenciade lacapa
pictórica lo permitió.
Lalimpiezahavariadoenmétodo yproductossegúnlazona
en la que se intervenía:
- Carnaciones: lo más común fue el empleo de 3A (agua,
alcohol, acetona; 1:1:1) y gotas de amoníaco, o agua y amaníaco (5:2) para ablandar la capa de suciedad. Esto se combinó con una labor mechica de frotación, empleando
para ello lápiz-goma blando.
- Zonas doradas: se utilizó agua y amoníaco o agua y Teepol una vez realizadas las pruebas necesarias. Método que se llevó a cabo con sumo cuidado ya que la presencia de agua en el disolvente podía provocar un aumento de volúmen de la capa bol subyacente, con el consiguiente desprendimiento y
pérdida del oro.
- Fondus azules: realizados con azurita, todo proceso de
limpieza fue ineficaz. Cualquier producto emgleado no surtía
efecto u originaba la pérdida de color. Por tanto estos fondos
azuless e dejaron y como se encontraban y sólo se intervino
sobre algunas manchas oscuras provocadas por goteras. Para
eliminarlas se utilizó como soportante una arcilla absorbente (sepiolita) a la que se añadió un disolvente formado por metil-etil-cetona y agua (1:3). De esta forma las manchas disminuyeron y cambiaron de tono, mitigándose su efecto negativo.
Escena 12: Limpieza.
Virgen María: proceso de limpieza.